Como en su
anterior y muy celebrada novela, La carretera, dos personajes, ascéticamente
denominados Blanco, que es un hombre blanco, y Negro, que es un hombre negro,
sostienen el peso dramático de El Sunset Limited (Mondadori), la nueva obra del
enigmático escritor estadounidense Cormac McCarthy, cuya publicación está
prevista para el 20 de febrero y de la que EL PAÍS adelanta las primeras
páginas. Y si en aquella ocasión el apocalipsis funcionaba como otro turbador personaje,
en esta, un intento de suicidio, resulta el tercero en discordia que
desencadena la acción desalentadora.
Fuera de
plano (un único plano desarrollado en un destartalado apartamento del gueto),
Blanco, un descreído profesor universitario, trata de quitarse la vida saltando
a las vías al paso del expreso Sunset Limited, un tren real de Nueva York.
Negro, exconvicto reconvertido en iluminado cristiano evangélico, trastoca sus
planes y lo empuja a un examen de conciencia sobre la vida, la cultura, las
creencias y las vanas esperanzas que toma la forma de un texto teatral que
McCarthy definió como “una novela con forma dramática”.
El Sunset Limited, en efecto, se subió a las tablas de
un teatro de Chicago en 2006 y hasta tuvo el año pasado su traducción
televisiva en una pieza de la HBO que dirigió Tommy Lee Jones. Pero lo cierto
es que la novelita trasciende (en la traducción de Luis Murillo Fort) a
aquellos usos para convertirse en una joya de corto recorrido y amplio aliento,
en parte, gracias a la maestría de McCarthy para los diálogos, verdadero motor
de la acción de la obra.
En ella, los
amantes de la prosa seca, sin concesiones, del autor de No es país
para viejos o Meridiano
de sangre (ambas en
Mondadori) se encontrarán con otra de las impenetrables demostraciones del arte
novelístico de uno de los escritores en lengua inglesa más fascinantes del
último cuarto de siglo (en Como leer y por qué, el todopoderoso Harold Bloom va más
allá al considerarlo autor de la novela más interesante de la segunda mitad del
siglo XX, Meridiano de sangre).
Un tipo hosco y reservado, alérgico a la promoción y a las entrevistas (pese a
que aceptó en cierta ocasión una invitación al programa de Oprah Winfrey) pasó
de vender 2.500 ejemplares de sus primeras novelas (aquellas primeras ediciones
son hoy joyas de coleccionista) a ser agasajado por Hollywood, el jurado de los
Pulitzer (La carretera)
o las listas de ventas.
La
publicación de El Sunset Limited
fue interpretada por la crítica y la fiel tribu de sus lectores como otro de
los característicos e inesperados giros del escritor. Una novela en la que la
esperanza se ve arrollada por un tren, la violenta y descorazonadora sociedad
contemporánea, que como el expreso del título circula a la obstinada velocidad
de 110 kilómetros por hora.
Fuente: cultura.elpais.com
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