jueves, 11 de octubre de 2012

Premio Nobel de Literatura para el escritor chino Mo Yan

El escritor chino Mo Yan es el ganador del Premio Nobel de Literatura 2012, anunció hoy la academia sueca.

Mo Yan nació en 1955 en Gaomi, un pueblo pobre de la provincia costera de Shandong. Publicó diez novelas, ocho de las cuales fueron traducidas a múltiples idiomas.

Su obra recorre la agitada historia del último siglo de China: ritos y tradiciones de las zonas rurales y el alma del pueblo chino, con un lenguaje realista, descriptivo y hasta satírico.

"Mi realismo habla de la gente normal. Presento al lector todo tipo de caracteres, personajes con los que no ha tenido contacto nunca, situados en un ambiente especial, en el que se puede respirar el olor y oír los sonidos de la vida rural", explicó en una nota con el diario español El País, en 2008.

Él mismo ha reconocido la influencia de Liev Tolstói, William Faulkner y Gabriel García Márquez en sus creaciones. Sus autores extranjeros preferidos son Ernest Hemingway, Günter Grass y Yasunari Kawabata. Los chinos, Lu Xun y Wang Anyi.

"Mi padre me dijo que no hablara y que aparentara ser mudo"

Mo Yan es en realidad un seudónimo que adoptó cuando empezó a escribir, mientras estaba alistado en el Ejército.

"Mo Yan no es mi verdadero nombre, yo me llamo Guan Moye. Elegí ese apodo, que significa No hables, en recuerdo a los años en los que no podía dirigir la palabra a nadie", explicó en ese reportaje con El País.

"Eran los tiempos turbulentos de la Revolución Cultural, en los que había conflictos entre la gente de mi pueblo todos los días. Mi padre era agricultor, pero mi familia tenía una posición desahogada, y tenía miedo de que dijera algo inconveniente y trajera la desgracia a los míos. Así que me dijo que no hablara y que aparentara ser mudo", contó.

Mo Yan es el menor de cuatro hermanos. Tuvo que dejar el colegio cuando estaba en primaria. "Mis recuerdos están repletos de soledad y hambre. La década de 1960 fue muy difícil en China. Pasaba todo el día en el campo cuidando de las vacas y las ovejas, mientras los chicos de mi edad estudiaban y jugaban en el colegio. Había veces que no veía a nadie en todo el día", relató.

En el Ejército


A los 18 años empezó a trabajar en una fábrica. Su tiempo se repartía entre ese trabajo y el campo. En 1976 intentó entrar en el Ejército. "Era la mejor forma de tener una buena vida, pero había un límite de edad, así que mi familia cambió mi fecha de nacimiento y puso un año menos. Entonces, hacer esto era muy fácil, ya que no tenía partida de nacimiento. Por eso alguna gente piensa que nací en 1956", explicó.

En 1981, Mo Yan publicó su primera novela, Lluvia en una noche de primavera. "No era fácil, los oficiales en el cuartel me criticaban porque escribía en lugar de hacer mi trabajo. Así que en 1984 entré en la Escuela de Arte y Literatura del Ejército". A partir de ese momento, vivió de la literatura.

Obra
- Las baladas del ajo
- Grandes pechos amplias caderas
- Sorgo rojo
- La república del vino
- El rábano transparente
- Lluvia en una noche de primavera.

El nombre de Mo Yan ya había sido mencionado en varias ocasiones como posible Nobel de Literatura. En 2008, en una entrevista con El País, dijo: "Quizá dentro de cien años; es un premio occidental, es difícil para los extranjeros comprender la literatura china. Además, es compleja de traducir a otros idiomas".

Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1516239-premio-nobel-de-literatura-para-el-escritor-chino-mo-yan

viernes, 14 de septiembre de 2012

Conversatorio del libro "El imperio eres tú"

Las presentaciones del libro El imperio eres tú, del autor Javier Moro, se desarrollaron con un excelente marco de público en las ciudades de Guayaquil y Quito.

En los dos conversatorios pudimos conocer a profundidad datos biográficos del autor, su pasión por los viajes, el génesis de sus anteriores obras: SENDEROS DE LIBERTAD DE 1992. EL PIE DE JAIPUR DE 1995. LAS MONTAÑAS DE BUDA DE 1997, JUNTO A DOMINIQUE LAPIERRE ERA MEDIANOCHE EN BOPHAL EN 2001, PASION INDIA, DEL AÑO 2005, en 2008 EL SARI ROJO y en especial sobre El imperio eres tú, Premio Planeta de novela 2011. Historia novelada sobre Pedro I, emperador de Brasil.
Al finalizar los actos, Javier compartió y firmo los libros de sus lectores y amigos.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Festival cultural expone las visiones de México en Colombia

El jueves 30 de agosto se inauguró el Segundo Festival “Visiones de México en Colombia”, en las instalaciones del Centro Cultural Gabriel García Márquez (Bogotá), el cual reúne 32 invitados internacionales y colombianos con el fin de fortalecer y ampliar la oferta cultural mexicana y mundial en el país vecino.

El martes 04 de septiembre a las 16:30 horas, el Librero ecuatoriano Marco González, coordinador de las librerías Mr. Books, presentó un panorama de la narrativa contemporánea ecuatoriana, expuso al público bogotano a los autores Marcela Noriega, Gabriela Alemán, Juan Fernando Andrade, Oscar Vela y Javier Vásconez. A la cita acudieron lectores, libreros y representantes de las editoriales locales.

Este Festival cuenta con varios espacios, siendo tal vez el más destacado, la Feria del Libro Mexicano. En el Patio José Eustasio Rivera se exhibirán más de 15.000 libros de diversas editoriales, incluyendo 500 novedades editadas en el país azteca. No en vano, 21 de los 32 invitados son mexicanos: escritores, especialistas en libros y lectura, una chef, un pintor, un librero y una de las familias de artesanos ceramistas más importante de esa nación.

El arte también está presente por medio de dos exposiciones (abiertas hasta el 30 de septiembre). "Pintura contemporánea mexicana, Javier Fernández y Javier Mariano", que incluye 23 óleos sobre tela de la más reciente producción de ambos artistas, se exhibe en la Sala de Exposiciones Débora Arango. Por su parte, la muestra de fotografía con base en el libro "Violentología", de Stephen Ferry, fotógrafo norteamericano, se enfoca en los derechos humanos y en la lucha de civiles colombianos que resisten la violencia, muchas veces frente a amenazas de muerte.

En cuanto al cine, Visiones de México tiene programados dos ciclos de cine mexicano contemporáneo en los que tiene pensado proyectar 25 películas realizadas entre 2009 y 2011; así como argumentales y documentales entre los que se destacan títulos como “Visa al paraíso”, de Lillian Liberman, "Más que a nada en el mundo", de Javier Solar y Andrés León Becker, "Tijuaneados anónimos: una lágrima, una sonrisa", de José Luis Figueroa y "El milagro del papa", de José Luis Valle González.

Los amantes del séptimo arte podrán disfrutar de documentales y argumentales nominados y premiados por el Festival Internacional de Cine de Morelia, entre los que se destacan "Ojos que no ven", de Regina García Solórzano, Premio Especial Studio 5 de Mayo y "Canícula", de Javier Álvarez, selección oficial de documental mexicano 2012.

La gastronomía está a cargo de la chef mexicana Elisa Mendoza del Restaurante Frida, encargada de cocinar flautas de pollo, flautas de carne, nachos, tacos de guisados, huaraches, quesadillas, aguas de Jamaica, horchata y tamarindo y tequila.

Pero si a usted lo que le gustan son las fiestas, Visiones de México tiene programada una el 15 de septiembre con motivo del aniversario de la Independencia de México. Al ritmo de mariachis se realizará la Gran Fiesta del Segundo Festival en la que habrá descuentos y promociones especiales en la Librería FCE y en la Feria del Libro Mexicano; además de gastronomía y música en vivo.

Finalmente y pensado en los profesionales, el evento cultural realiza dos encuentros. "Formación de lectores en la primera infancia" y "Talleres con artesanos mexicanos".

Invitados
Los mexicanos Rafael Tovar y de Teresa, Cristina Rivera Garza, Monique Zepeda, Claudia Posadas, Silvia Eugenia Castillero, Jorge Fernández Granados, Margo Glantz, Vicente Quirarte, Sandra Lorenzano, Ricardo Chávez Castañeda, María Baranda, Efraín Velasco, la reconocida chef mexicana Paulina Abascal, Lydia Cacho, Carlos Prieto y Paula Abramo, además de los artesanos mexicanos Tiburcio, Israel y Carlos Soteno, especialistas en la creación de Árboles de la Vida en cerámica, el pintor mexicano Javier Fernández y el hijo del pintor Javier Mariano, fallecido en 2008.

También participa el novelista rumano Varujan Vosganian, autor de El libro de los susurros (Pre-Textos), quien fuera Ministro de Economía en su país, la española Clara Usón, autora de La hija del Este (Seix Barral). Entre los autores colombianos están Darío Jaramillo Agudelo, Juan Gustavo Cobo Borda, Federico Díaz-Granados, John Galán Casanova, Catalina González y Juan Felipe Robledo.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La moral de la risa

A la salida de una de las proyecciones de El dictador la última película del siempre controvertido Sacha Baron Cohen en uno de los multicines de la ciudad de Buenos Aires y con un tono no exento de indignación, escuché cómo una mujer de unos cincuenta y cinco años despachaba la película con un interesante: “Deberían prohibir todo esto”. Quien haya visto en alguna ocasión algún largometraje de Baron Cohen ( Borat , Bruno …) entenderá de inmediato a qué se refería la mujer y también que quien despachaba el largometraje con aquel aparentemente talibánico comentario no tenía por qué ser una persona extremista. Es más, podríamos pensar que aquella mujer pensaba que El dictador se debería prohibir amparándose precisamente en los términos sobre los que hoy construiríamos la radiografía del “buen ciudadano”: seguramente se trataba de una persona tolerante y preocupada por cuestiones como la democracia, la igualdad de género, la igualdad racial, la transparencia mediática, y precisamente por esa razón salía enfurecida de una comedia que representaba de una manera tan grotesca a un dictador de Oriente Medio, misógino, antisemita y asesino que ridiculizaba tanto a los países a los que seguramente representaba como al primer mundo que tan cínicamente se oponía a él.

Aquella mujer, como todo el mundo sabe, estaba muy lejos de estar sola en su recriminación y si hubiera que hacer una lista de las personas que la apoyaban habría que retrotraerse nada menos que unos cuantos miles de años, desde la salida de ese cine de Palermo, hasta Aristóteles, y más concretamente hasta uno de sus fragmentos de De retórica .

El filósofo se anima a recomendar allí que “de la misma manera que los legisladores impiden ciertos tipo de abusos, deberían prohibir también ciertas formas de bromear”. Si Aristóteles hubiese acompañado a nuestra amiga a los multicines de Palermo a ver El dictador no es improbable que hubiese salido del cine tan indignado como ella y que hubiese considerado que aquel modo de bromear debería declararse “indebido” y deslegitimar su legalidad. Es decir, nada menos que debería “prohibirse”, tal y como había declarado taxativamente nuestra amiga.

De eso no se ríe

La afirmación aristotélica sigue estando hoy tan sin resolver como hace más de dos mil años: ¿Deberían o no legitimarse todas las formas de la risa? ¿Puede constituir la risa un insulto o una vejación? ¿Constituye la risa un poder? Y si es así: ¿Quién puede arrogarse la autoridad de administrarlo? Es decir: ¿Quién decide de qué y de qué no podemos reír?

La risa es peligrosa, tan peligrosa como esquiva a la hora de ser analizada. Todos los filósofos de la historia se han sentido llamados en algún momento de su trayectoria a dar cuenta del por qué de la risa, a explicar hasta qué punto el humor es una piedra clave en nuestra manera de conocer el mundo.

En ese sentido una de las más interesantes y revolucionarias apreciaciones sobre el fenómeno de la risa fue la teoría de la “gloria súbita” postulada por Thomas Hobbes en su Tratado sobre la naturaleza humana : la risa es un “gloria súbita” surgida de una también súbita comprensión de alguna distinción o excelencia en nosotros mismos por comparación con la debilidad o falta de esa excelencia en los demás. O más claramente, y expresado más tarde en Leviatán en esos mismos términos: “un hombre del que se ríe es un hombre sobre el que se triunfa”.

La mujer que salía del cine de Palermo y que opinaba que la película de Sacha Baron Cohen debería ser prohibida lo hacía no sin razón: consideraba en el fondo que quien reía ahí estaba triunfando sobre la tolerancia, la democracia, la igualdad de género y la dignidad del hombre, y todos nos damos cuenta de que a la mujer no se le podía despachar con una displicente palmada en la espalda y un abierto de miras: “Pero si no es más que una película…”.

La mujer, con toda la razón del mundo podría haber refutado nuestra apreciación con un implacable: “¿Entonces por qué no se hacen chistes sobre la dictadura en los diarios? Al fin y al cabo no serían más que chistes…” . La respuesta es evidente: también para el humor hay ciudadanos de primera, segunda y tercera, y si uno nace musulmán tiene más probabilidades de que le caiga un chiste en la cabeza que si nace católico, blanco y primermundista.

En cuanto a la dictadura hasta un niño podría explicar que si no es posible hacer un chiste es porque las heridas están demasiado a flor de piel. Pero ¿quién determina cuándo y cómo dejará de estarlo? ¿Se ajusticiará en la plaza al que haga el primero? O más aún: ¿acaso prohibir la risa no es vetar una de la vías de cauterización más eficaces?

En España, por poner un caso, durante los primeros años de la democracia la prensa acordó de una manera tácita un “veto” al humor sobre la monarquía. Se consideraba que reírse de la monarquía era poner en peligro una demasiado joven democracia, y aunque pueda suponerse que ya han pasado años más que suficientes para que no quepa duda de su consolidación, hace tan sólo dos años un juzgado de Madrid ordenó que se retirara de los quioscos españoles un número especial de la revista Jueves (publicación similar a la argentina Barcelona, en sus buenos tiempos) en el que, con motivo del “cheque bebé” (una prestación, ya eliminada, de 2500 euros que recibía toda familia residente en España por nacimiento o adopción), se veía al príncipe Felipe y a la princesa Letizia en una lúbrica postura, para procrear dentro del plazo indicado. Retirar una revista de los quioscos en una democracia es una cosa muy seria y debería estar muy justificada. En este caso se realizó en virtud de “insultos a la institución monarquica”, aunque ya en el juicio fue bastante difícil determinar dónde se encontraba exactamente “el insulto”.

El humorista de la revista Jueves dijo, con gran acierto, que la monarquía más consolidada del mundo, la inglesa, es también el blanco más común de las bromas (a veces de pésimo gusto) de la propia prensa británica y que nadie en el Reino Unido comete la insensatez de pensar que una broma tiene el poder de deslegitimar la monarquía. Y en cualquier caso, añadió, el insulto a Felipe de Borbón no era bajo su condición de heredero de la monarquía española, sino como ciudadano. Y que si ni siquiera se podía hacer un chiste sobre el príncipe bajo condición de ciudadano él exigía, como ciudadano también, que tuvieran al menos la decencia de prohibirlo expresamente.

Política y humor

Todo esto para llegar a un punto al que Henri Bergson (uno de los filósofos que más acertadamente han pensado la risa y del que ahora Godot reedita su Ensayo sobre el significado de la comicidad , con una nueva traducción de Rafael Blanco) llegó en sus primeros análisis; que la risa es un fenómeno que se articula esencialmente a través de la inteligencia: “En un mundo de inteligencias puras en el que hubiese sido aniquilado el sentimiento, tal vez no se llorase más, pero desde luego se reiría”.

Un hombre sobre el que se triunfa mediante la risa es, inevitablemente bajo los presupuestos de Hobbes, un hombre al que se degrada. La polis como estructura detecta de inmediato este poder subversivo y degradante de la risa y la delimita para salvaguardar aquello que considera que no debe ser degradado en aras a la solidez de las instituciones, o de lo sagrado, en las que se funda. Tal vez no haya signo más claro de la conciencia autoritaria de una nación (o de una religión) que esta denegación de la risa con respecto a ciertos objetos o bajo ciertos presupuestos.

Fue muy curioso, por ejemplo, en el zarandeado caso de la ganadora del Oscar a la mejor película extranjera 1997 La vida es bella de Roberto Benigni, la forma en la que ciertas comunidades judías se levantaron en contra por la manera non sancta o frívola al menos con que se trataba el tema del Holocausto, tan extraño como que el único Premio Nobel superviviente del exterminio (Imre Kertesz) defendiera la película a capa y espada frente al aparentemente más respetuoso melodrama de Spielberg La lista de Schlinder a la que calificó, directamente, de “repugnante”.

O por poner un caso español y no tan político: hace quince años, en el programa más visto de la televisión española (descontando acontecimientos deportivos), el especial de nochevieja protagonizado por los humoristas Martes y Trece, representaba uno de sus gags más célebres y repetidos por la población durante todo el año. En primer plano, y vestido de ama de casa, uno de los humoristas, con un ojo morado, parodiaba un programa de confesiones televisivas y repetía durante varios minutos y en distintos tonos cómicos: “Mi marido me pega” encarnando a la clásica mujer maltratada. Considerar hasta qué punto hoy sería impensable un gag semejante y en un programa de máxima audiencia en España resulta un instrumento muy eficiente para medir la conciencia social al respecto del asunto particular de la violencia de género.

Si hace quince años toda España era capaz de carcajearse (exceptuando las propias maltratadas, evidentemente, aunque habría no pocas viendo su propia parodia) era porque no se había establecido aún una vinculación sentimental al conflicto. Hoy lloverían cuando menos denuncias, si es que no violencia pura. Quien ataca al que ríe sabe que la violencia es el gran desinhibidor de lo cómico.

Sacha Baron Cohen es quizá una de las versiones más interesantes de humor político internacional, y de las más agresivas. La apuesta de El dictador se basa en dos premisas; la primera es la de hacer de rey loco. Como en los carnavales medievales, Baron Cohen sabe que aún por un instante, se le ha habilitado para hacer de vocero internacional. Un rey loco no pone en cuestión la autoridad del rey real, porque su “autoridad” queda fundada en la del primero, el rey loco se retuerce, grita, señala con el dedo, y lo que señala son curiosamente dos cosas: al radicalismo islámico de un lado y de otro, curiosamente, al rey real; imperialismo estadounidense.

La segunda es que Baron Cohen ya no pone un espejo a la sociedad norteamericana y la obliga a reírse de su propio reflejo (como hizo en Borat), sino que agarra un reflejo al otro lado de océano, un reflejo en su versión “ultramontana”; esos, como es lógico, tan ridículos, primitivos, misóginos y extremistas islámicos de los que con tanta impunidad (cuando no se dedican a poner bombas) se puede reír el mundo “civilizado”, es decir un motivo de humor al que secretamente (aunque nos cuidemos mucho de confesarlo abiertamente) el mundo occidental ya considera risible antes de empezar a hablar.

Al final (en una escena en la que hay no pocas reminiscencias de Chaplin, especialmente del discurso central de la película; una versión subversiva y ácida del a-better-world-is-comming de El gran dictador ) el supuesto dictador delirante se convierte en un príncipe de la ingenuidad y durante un discurso ante las Naciones Unidas declara: “¿Por qué están ustedes tan en contra de los dictadores? Imagínense que EE.UU. fuese una dictadura; el 1% de la población podría acaparar toda la riqueza del país, enriquecerían más a sus amigos bajándoles los impuestos, podrían ignorar las necesidades educativas y médicas de los pobres, sus medios de comunicación parecerían libres pero realmente los controlaría una persona y su familia, podrían torturar a los presos extranjeros y mentir sobre las razones que los llevan a la guerra, podrían llenar sus cárceles con un solo grupo racial y nadie se quejaría… Sé que es difícil de imaginar para ustedes, americanos, pero, por favor, inténtenlo”.

Si hubiese que construir un termómetro para calibrar la inteligencia media de un país no cabe duda de que una de las pruebas más interesantes sería la de un “medidor” de la risa. Determinar de qué se ríe un país es una de las maneras más rápidas de averiguar cuál es su carácter, en dónde reside su debilidad y en qué sentido es emocionalmente inteligente. Uno casi piensa de inmediato en aquel personaje de Henry James, el astuto William Morris, a quien su creador describe de una manera muy significativa: “Las mujeres admiraban de él su compostura y los hombres su inteligencia, de la cual tenían noticia muy rápido, por siempre se reía cuando correspondía”.

La comedia burguesa

No hay risa sin moral, porque reír tal vez sea uno de los gestos más morales, elocuentes y difíciles de falsear que puede hacer el hombre. La risa es, en ese sentido, un acontecimiento colectivo, y la comedia burguesa (y todas sus variaciones, desde Mucho ruido y pocas nueces hasta nuestras adoradas películas de Woody Allen, que no son más que la enésima versión del género) se construye precisamente sobre personajes que se han alejado de las convenciones sociales y que reciben un castigo que produce un “efecto correctivo”, o sobre un personaje ridículo que posee nuestras obsesiones, angustias y frustraciones pero en un grado desmesurado y risible. Woody Allen, en su pequeño receptáculo humano es siempre contenedor de angustias existenciales sobredimensionadas, fobias de todo tipo, apetitos sexuales incansables, porque sabe, como dijo Chaplin, que “si fuera 20 cm más alto le costaría mucho más trabajo hacer reír”.

Otro referente que también es un gran conocedor del poder moral del humor es uno de los más insignes representantes del humor argentino: Peter Capusotto y sus videos , cuya séptima temporada ha empezado a emitirse esta semana en Canal 7 (lunes, 22.30). No parece en absoluto banal que para el largometraje de Peter Capusotto y sus dimensiones utilizara como personaje integrador de todos los sketches a la polémica Violencia Rivas. Al final de la película se levanta literalmente en armas contra su propio espectador, ese engullidor de pochoclo de clase media que ha ido al cine a que Capusotto “lo entretenga” y lo empieza a escupir a la cara su frivolidad, la vacuidad de su vida, su mediocridad y falta de coraje para todo (sin dejar que por eso, y ni un solo instante, el espectador deje de reírse). ¿Es un fracaso o un éxito que el espectador no deje de reír cuando Violencia Rivas lo insulta? Es difícil saberlo, de la misma forma que es difícil saber si se ha producido realmente el insulto.

Capusotto pertenece en ese sentido al linaje de humoristas cuyo padre podría ser Lenny Bruce. La línea de lo risible la marca de alguna manera el humorista pero en una avanzadilla en la que lentamente va acorralando al que ríe. A ratos parece que todo el juego del humorista es el de cruzar la línea de evaporación en la que termina la risa y comienza la indignación, es decir, donde acaba la inteligencia y comienza el sentimiento. “Sentimiento” es aquí un término particularmente clave. En uno de los ensayos más reveladores y determinantes de nuestra era La crítica a la razón cínica , el filósofo alemán Peter Sloterdijk hace como de pasada un diagnóstico que sin duda es definitivo a la hora de tratar el tema del humor en el siglo XX: “Uno de los más activos generadores de conflictos y malentendidos de nuestra época es el de contestar a un razonamiento con un sentimiento”, es decir, oponer, en igualdad de condiciones y durante un debate, un sentimiento a una idea. “Si un interlocutor expone una idea y su oponente le contesta con un sentimiento estamos condenados a no entendernos” y es terrorífico comprobar la innumerable cantidad de ocasiones en las que esto se produce. Sin ir más lejos, y retomando el punto del que surgía este pequeño artículo, en el tema del humor. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial se produjo una triple hecatombe en la que Occidente dejó de confiar en los tres pilares en los que había fundado su civilización, a saber: la razón, la religión y la democracia.

La desconfianza del humor no es más que una manifestación de la desconfianza en la razón y es que, como muy bien supo ver Bergson, la risa se despliega esencialmente sobre la confianza en las ideas. A nuestra amiga que salía indignada de la película de Sacha Baron Cohen tal vez habría que decirle algo que no parece tan claro: que el hecho de que alguien utilice la democracia como motivo central de un chiste no inhabilita en absoluto la posibilidad de la democracia. Parece claro y no lo es tanto: esa desconfianza generalizada en la razón, las ideas y en la posibilidad de un verdadero intercambio ha generado este estado internacional en el que el humor está siendo cada vez más peligrosamente puesto en tela de juicio. El miedo a reír se extiende como una nueva e insospechada plaga bíblica sobre la Tierra porque parece imposible un chiste que no se haga aparentemente a costa de alguien. La sensación de que hemos perdido nuestra dignidad hace que nos levantemos en armas furibundamente cada vez que alguien parece ponerla en tela de juicio con un chiste. Pone de manifiesto en realidad lo que sospechamos y no queremos confirmar; que la hemos perdido y que no queremos reconocerlo. Si tan seguros estuviésemos de nuestra dignidad no sentiríamos que un chiste la pone en compromiso.

Aunque tal vez a los enérgicos perseguidores de la risa se les esté escapando un dato clave; que para hacer verdadera comedia el humorista debe amar aquello que pretende mostrar al público como objeto risible. Esa y no otra es la razón por la que el objeto cómico presentado con más recurrencia por un humorista sea él mismo, porque ¿qué se puede amar más que a uno mismo? El termómetro de la eficacia, por ejemplo, del humor costumbrista es si los propios retratados eligen su versión cómica para reírse de sí mismos. Estoy seguro de que no hay un solo “rollinga” a quien su propia versión capusottiana no haga sonreír y ésa, más que una coincidencia accidental, es la enésima demostración de que la risa, más que el sarcasmo, es la más sofisticada y sutil demostración de amor que una persona puede hacerle a otra. Cabría responder lo mismo que le dijo Gertrude Stein cuando Picasso le entregó el retrato que le había pedido: “No me parezco”. La respuesta de Picasso sería, en cualquier caso, idéntica: “Ya te parecerás”.
Andrés Barba (Madrid, 1975) es escritor. Su libro más reciente es “Ha dejado de llover” (Anagrama)

Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/filosofia/La-moral-de-la-risa_0_766123389.html

sábado, 1 de septiembre de 2012

Los libros que vienen

La vuelta del verano viene plagada de novedades y nuevas recomendaciones literarias. Así, La Esfera de los Libros comienza el curso con 'El caballero del jabalí blanco', una novela histórica sobre los pioneros de la Reconquista escrita por José Javier Esparza, que se presentará el próximo martes, 4 de septiembre. De momento podemos ir leyendo un adelanto de su primer capítulo.

Y es que los libros históricos llegan pisando fuerte, y entre sus novedades destacan 'La emperatriz', donde Alfredo Alvar habla de Isabel y Carlos V, amor y gobierno en la corte española del Renacimiento. También las biografías del finisecular pintor, fotógrafo, inventor, escenógrafo y, sobre todo, diseñador Fortuny, que han retratado Fernando López Agudín y Mara Malibrán; o de Victoria Pozzo, la mujer de Amadeo de Saboya, de la que ha escrito Carmen Gallardo. La Esfera también publicará 'Escaleras arriba y abajo', sobre la vida de los criados en las casas de campo inglesas; y de Historia Antigua 'Legiones de Roma', de Stephen Dando-Collins, y Akhenatón, de Dimitri Laboury, sobre el faraón Amenhotep IV, primer creador de una religión monoteísta en el siglo XIV a.C.

Para los amantes de la ficción, la próxima semana se edita 'Tres vidas chinas', tres historias metafóricas de Dai Sije, el autor de 'Balzac y la joven costurera china'. Y en noviembre llegará 'Nuestros tiempos felices', la exitosa novela de la coreana Ji Young Gong. Otros títulos de ficción para esta temporada son la romántica 'Deseo en sus ojos'o 'Hitman: damnation', basada en el popular videojuego, así como la primera novela de la psicóloga Rosa Jové.

En ámbitos más relacionados con la actualidad La Esfera publicará 'Memorias del Alzheimer', en el que el periodista Pedro Simón se hace eco de testimonios depersonajes conocidos afectados por esta dolencia; y 'La Academia se divierte', con anécdotas sobre la RAE recopiladas por Sebastián Moreno.

El mundo del deporte, y en especial del fútbol, también tienen cabida en la actualidad de los libros, y en este caso los atléticos podrán convertir al club de sus amores en su libro de cabecera, de este modo proponemos 'Las mejores anécdotas del Atleti', donde el periodista Luis Miguel González ha hecho lo propio con el club colchonero; o los libros de memorias de Paloma Segrelles y Regina Otaola. Hablando sobre pollítica tambiénJoaquín Leguina echará mano de su memoria política en 'El camino de vuelta'. Otras obras de investigación son 'La gran historia del padre Pío', de Sandro Mayer y Osvaldo Orlandini; 'Espías y traidores', de Fernando Rueda; y 'Herencias', de Jesús Salgado.

En la colección de Psicología y Salud, destacan para este trimestre otoñal '¡Deja de refunfuñar!', de Christine Lewicki; 'Al otro lado del túnel', del psicólogo José Miguel Gaona; 'El manual del buen corredor', de Javier Serrano; 'Y un día dejé de fumar', de Ricardo Artola; y un libro sobre tipos de personalidad de Don Richard Riso y Russ Hudson.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/08/31/cultura/1346409841.html

viernes, 31 de agosto de 2012

El misterioso baile de Murakami

Una buena noticia para los adictos a la atmósfera Murakami: la próxima semana aparecerá en las librerías españolas una de sus primeras obras. Con el título de Baila, baila, baila, Tusquets editaDansu, dansu, dansu. Y nosotros en EL PAÍS te avanzamos en exclusivo un capítulo de la novela.Puede verlo aquí.

Esta obra fue publicada en Japón (por Kodansha) en 1988 y nombre, al igual que ocurrió con Norwegian Wood (inspirada en una canción de los Beatles), tiene una referencia musical, una canción de los Beach Boys, Dance, dance, dance. Haruki Murakami (Kioto, 1949), un apasionado de la música que llegó a regentar en Tokio un club de jazz, puebla las páginas de sus libros con referencias de canciones. De hecho en Baila, baila bailasurgen de banda sonora a las andanzas de los protagonistas temas de grupos de los ochenta, como Human League. Pero esto no es lo (más) importante.

El hilo conductor de Baila, baila, baila es un amor imposible, encuentros tejidos con desencuentros… El protagonista, llamado Hiraku Makimura (anagrama del escritor), es un redactor free lance todoterreno que, llevado por un impulso nostálgico, vuelve a un hotel donde pasó unos días con una amante. A partir de ahí se despliega el universo del autor japonés.

Los murakamistas encontrarán Baila, baila baila apuntes de obsesiones (y líneas maestras) del autor. El sueño confundido con la realidad, el “otro lado” que impone su presencia, el espíritu de las cosas inmateriales, los mensajes de la naturaleza (esa lluvia o esa Luna que habla o avisa) los silencios, lo que se desea decir pero al final no se dice, la pérdida (la mujer, la amante, la madre…) el desasosiego, la locura que se impone como cordura, el destino inevitable…

Y, por supuesto, la habilidad de Murakami para atrapar con su narración, con divagaciones que nunca pierden ritmo y que sitúan un paisaje audiovisual en la mente de sus lectores. Lo cotidiano se vuelve extraordinario y lo sorprendente o absurdo se manifiesta posible. No falta la ironía, el cinismo, en el dibujo de los personajes y de sus acciones y sus vidas adquieren a veces una dimensión de thriller, de unas aventuras cuyo desenlace sigue perpetuando el enigma.
((Link del video de Tusquets http://www.youtube.com/watch?v=C24rJsjlD3E&feature=youtu.be

Fuente: http://blogs.elpais.com/papeles-perdidos/2012/08/el-baile-de-murakami.html

jueves, 30 de agosto de 2012

María Dueñas te regala un capítulo de su nueva novela, ‘Misión olvido’

Misión olvido, la segunda novela de María Dueñas tras el enorme éxito de El tiempo entre costuras, llega hoy a las librerías con 350.000 ejemplares. Una cifra altísima que pone a la venta la editorial Temas de Hoy, acorde con la demanda. Su primer libro lleva vendidos más de un millón de ejemplares solo en nuestro país y se ha traducido a más de 30 idiomas.

La fecha de publicación es curiosamente idónea, teniendo en cuenta el transcurrir de la obra. Son tiempos de regreso al trabajo, a la cotidianeidad, a la rutina… aunque el verano que se va puede dejar heridas de las que no cicatrizan fácilmente. Blanca Perea, la protagonista de Misión olvido, lo sabe bien. Cuando regresa a su despacho terminadas las vacaciones el mundo se le viene encima, necesita huir. Su marido se ha marchado con otra mujer; ella tiene que comenzar de nuevo su vida. La novela es una exploración personal pero también una toma de contacto a través de archivos con los académicos españoles que acabaron en Estados Unidos, tras la Guerra Civil, y el legendario Camino Real fundado por los franciscanos.

María Dueñas (Puertollano, Ciudad Real, 1964) ha elegido en exclusiva para los lectores de EL PAÍS un pasaje de su novela: “Elijo este tercer capítulo porque en él toma forma el triángulo de los principales personajes que sustentarán la trama. Blanca Perea por fin contempla las viejas imágenes del profesor en cuyo legado está trabajando. Conoce además a Daniel Carter, un hispanista americano cuajado y atractivo que oculta mucho más de lo que su aparente simpatía deja entrever. A partir de ahí se desencadena un entramado de pasiones cruzadas, deudas pendientes, intrigas soterradas y puertas sin cerrar”.

Elijo este tercer capítulo porque en él toma forma el triángulo de los principales personajes que sustentarán la trama

Los paralelismos entre personaje y autora son numerosos. Su protagonista, profesora de universidad, como Dueñas, intenta rehacer su vida en Estados Unidos —la escritora ha sido profesora de inglés—. En su desembarco por tierras norteamericanas, lo que parecía una ocupación modesta para volver a empezar, poco a poco se convierte en una experiencia intensa llena de descubrimientos.

No hay tregua para esta profesora de la Universidad de Murcia reconvertida en escritora que aún se encuentra inmersa en las tareas de promoción de El tiempo entre costuras. Concretamente, hoy visita Londres para dar un empujón a dicho trabajo.

Misión Olvido tendrá una presentación oficial muy significativa en un acto de cara al público en el Museo del Prado el próximo 13 de septiembre.

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Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/29/actualidad/1346233266_728172.html